A mediados de noviembre el Poder Ejecutivo impulsó por primera vez en la historia un nuevo proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). No es un dato menor porque muestra el grado de centralidad de este problema para un Alberto Fernández que puso en la agenda el derecho de la mujer más postergado de todos, a pesar de la insistencia de un conservadurismo religioso ligado a un Estado que aún no pudo separarse de la Iglesia.
Nuestra democracia se debe un Estado laico conforme lo propició incluso el Concilio Vaticano II, en especial porque la libertad de elección es un derecho humano fundamental, que nos hace iguales en la pluralidad confesional, sexual e ideológica. Juan XXIII (“el papa bueno”, 1958 – 1963) dio ese primer paso e, incluso, se acercó en su momento más crítico al judaísmo para combatir el holocausto nazi desde el simple rol de un arzobispo franciscano. También lo hizo con el maravilloso mundo musulmán –que nada tiene que ver con los fanatismos terroristas de las películas norteamericanas–.
Desde entonces, la Iglesia trató de reinventarse sin caer en el sincretismo que diluye las creencias en pensamiento mágico, pero quedó atascada en los pasillos de Roma y en los escándalos financieros por la quiebra del Banco Ambrosiano, que compartía accionistas con la mafia italiana en el Banco del Vaticano. Desde los ochenta, el dinero de origen divino procurado por Escrivá de Balaguer sembró las altas esferas del mundo católico con integristas salidos del Opus Dei.
Así, esa apertura entró en pausa con los posteriores reinados de Karol Wojtyla y Joseph Ratzinger, mientras el actual Papa Francisco sigue haciendo los mismos equilibrios de aquellos años como Arzobispo de Buenos Aires cuando llevaba el nombre profano de Jorge Bergoglio. Vale recordar que la actual diputada nacional Victoria Morales Gorleri (Juntos por el Cambio) y activista celeste a ultranza, fue su secretaria por una década en la Vicaría General de Educación (VGE), antes de sumarse a las filas macristas como legisladora de la Ciudad y luego ministra de Desarrollo Social.
Desde mediados del siglo XX la Iglesia Católica quedó estática y sin modificaciones profundas frente a las demandas de sus fieles. Sus autoridades insistieron en los absurdos caminos del poder terrenal ocultando pederastas, menospreciando a las monjas y haciendo votos como el de castidad. Todos esos elementos atávicos la siguen acercando a los silicios, a la santa inquisición y al control sobre los cuerpos y las sexualidades. Por eso pierde adeptos frente a ofertas más atractivas como el pentecostalismo o los zapatos de goma del Mindfulness del “aquí y ahora, sin culpa”, que promueve el pícaro neurocientífico Facundo Manes.
No todo es negativo en la viña del señor. En nuestro país los curas realizan una tarea pastoral ineludible. La influencia del padre Carlos Mugica entre la/os humildes ha renovado las bases de un compromiso social sólido y una presencia silenciosa frente al dogmatismo de los llamados “príncipes” que acariciaron los brillos del oro en tiempos de plomo como el ya retirado monseñor Héctor Aguer. El combate de los curas contra las drogas y la búsqueda de inclusión en los barrios humildes muestra una cara de la Iglesia súper necesaria, que para alguna/os justifica su financiamiento estatal.
No obstante, esos beneficios económicos también los recibe el sector dogmático del cual surgen las cruzadas antiabortistas. Esos que insisten en catecismos preconciliares y logran sostener subsidios fabulosos para la educación en escuelas católicas, en detrimento de la gestión pública y el laicismo, clave durante los primeros años de aprendizaje. Menos Educación Sexual Integral (ESI) y más catecismos es la fórmula más papista que Morales Gorleri.
Por otro lado, existen iglesias a la carta como la variedad evangélica pentecostal de influencia protestante que suman pañuelos celestes, con la particularidad de haberse metido en los barrios populares y la política. Pero nada tienen que ver con la Teología de la Liberación o los continuadores del Movimiento de sacerdotes del Tercer Mundo iluminados por tipos heroicos como el padre Mugica.
Vestigios del tele-evangelismo son la diputada santafesina Amalia Granata (mono bloque Somos vida, Santa Fe), quien fue inventada por el pastor rosarino Walter Ghione, aprovechando su cintura de escándalos mediáticos, en este caso para avanzar contra la aplicación de la ESI en las escuelas y promover campañas biologicistas sobre “salvar las dos vidas”, llenas de mentiras pseudocientíficas.
El mundo está loco, loco, loco. Algunos neurocientíficos recetan respiraciones robadas al yoga por televisión y otros pseudocientíficos siembran oscurantismo frente a la urgencia por resolver derechos humanos esenciales de las personas gestantes.
En la política existen otros modelos femeninos más clásicos que representan la cruzada antiabortista. En particular, la senadora bonaerense Felicitas Beccar Varela (Juntos por el Cambio) que no salió de un cómic aunque sonrió como Harley Quinn -la novia de El Guasón- al momento de frenarse la ley en el Senado nacional en 2018. Felicitas debutó en el noventoso “Jugate Conmigo”, junto a un clan de adolescentes linda/os propios de los ciclos estereotipados de Cris Morena. Cosas de familia… Su fe proviene de un conservadurismo católico reaccionario aprendido del fundador de “Tradición Familia y Propiedad”, Cosme Beccar Varela.
En este tema, la figura de Alberto Fernández poco tiene de cándida. No hay que olvidar que la coalición de gobierno impulsó su candidatura de la mano del amigo del Papa Francisco, el diputado Eduardo Valdés (Frente de Todos), y que Alberto trajo de las cenizas al integrista del Opus Dei en tiempos de juventud, Gustavo Béliz, para ocupar la secretaría de Asuntos Estratégicos de la Presidencia.
De hecho, el 1 de septiembre el ya no tan joven Béliz fue nombrado por el Sumo Pontífice en la Academia Pontificia de Ciencias Sociales, como palmadita en la espalda en la pulseada -que perdió- para presidir el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), una entidad estratégica que financia proyectos como la urbanización de villas, entre otros.
Así las cosas, el presidente Fernández por momentos se acerca y en otros toma distancia prudencial de los representantes de Dios en la tierra.
Valdés también fue embajador en la Santa Sede y en 2018 firmó el documento “Peronistas por la vida” en contra del proyecto. Béliz compartió la carta credencial de los hijos de otro representante en la Santa Sede y dueño del Banco de Crédito Provincial (BCP), más conocido por la estafa de 10 millones de dólares en la que involucraron al Arzobispo de Buenos Aires, monseñor Toledo, a finales de los años noventa. Se trata de la familia Trusso que quedó hecha trizas.
Pero la política tiene matices. Gustavo Béliz terminó amigo de Alberto Fernández durante el armado de los equipos de campaña para la candidatura de Néstor Kirchner cuando nadie apostaba por el gobierno de un santacruceño, quién se suponía sería manejado por Eduardo Duhalde. Ese bonito lío -que dejó al bonaerense fuera de juego- terminó por revolucionar la política de los últimos 17 años. Beliz mostró la cara del espía más temido de Argentina por televisión y, por ello, emprendió su exilio político en Estados Unidos. Dejó la cartera en el ministro de Justicia y se rajó antes de terminar preso por afectar la seguridad nacional.
Para que no queden dudas respecto al tema del aborto y Alberto Fernández. El presidente participó dos días antes del debate de su proyecto en Diputados, en un acto recordatorio a las monjas francesas Alice Domond y Leonie Duquet, y otras diez víctimas en su mayoría integrantes de Madres de Plaza de Mayo, que fueron desaparecidas o asesinadas por del Terrorismo de Estado. Se trata de los crímenes de la Iglesia de la Santa Cruz (sobre los cuales recomendamos el documental de Nogueira y Cabrejas).
La investigación que llevó a la cárcel a Alfredo Astiz tiene el voto verde a la ex periodista Gabriela Cerruti (Frente de Todos) quien produjo un artículo para la revista Tres Puntos en donde Astiz, entonces beneficiado por las leyes de impunidad, reivindicó sus actos aberrantes.
El último bastión de la Iglesia romana juega en política, no cabe duda. Bergoglio sostiene la postura de la Iglesia mientras recibe misivas de Morales Gorleri, Cristian Ritondo, y otra/os legisladores alumbrados por los ojos de cielo del ex presidente PRO.
El Papa intentó patear la pelota afuera al asegurar que se trata de un asunto de ética humana más allá de lo religioso. Luego, según el diario La Nación se interrogó «si es justo eliminar una vida para resolver un problema» y «si es justo contratar un sicario» para lograr esa misma finalidad.
¿Habrá pensado en que las mujeres con pañuelos verdes son cómplices de médica/os sicarios? ¿La/os profesionales de la salud son para el Papa asesina/os a sueldo que rompen su juramento hipocrático? Presumimos que sólo se trató de una comparación poco feliz.
Por lo pronto el proyecto del Poder Ejecutivo destraba el el problema de la “objeción de conciencia”, uno de los argumentos centrales por los que se frenó su sanción en el Senado aquel agosto de 2018. También termina con el negocio de los abortos clandestinos y con las muertes de las mujeres pobres que no tienen dinero para pagarlos. Un dato de la realidad que no acepta debates enroscados ni respuestas confesionales que terminan en tragedia.
Nuestra sociedad argentina tiene una matriz judeo cristiana, que ya no recita de memoria los catecismos y aún menos los aplica porque el goce por la vida ya no es un pecado.
Esperemos que esta vez, el Senado se encuentre a la altura de las circunstancias. Como lo expresó Fernando “Pino” Solanas a quien despedimos este año de manera inesperada. Será ley.
Cayó de la universidad pública al mejor oficio del mundo. Periodista y Licenciado en Comunicación Social. También es Magister en periodismo y docente de grado y posgrado en la Facultad de Ciencias Sociales (UBA). Juntó horas nalga en Tres Puntos, Argenpress.info, Radio UBA y la Agencia Télam. Cuando lo dejan publica maldades en Página/12 o en algún medio digital cojonudo como PostPeriodismo.
-
Federico Corbierehttps://postperiodismo.com.ar/author/federico-corbiere/
-
Federico Corbierehttps://postperiodismo.com.ar/author/federico-corbiere/
-
Federico Corbierehttps://postperiodismo.com.ar/author/federico-corbiere/
-
Federico Corbierehttps://postperiodismo.com.ar/author/federico-corbiere/