El abogado constitucionalista Andrés Gil Domínguez dialogó con PostPeriodismo sobre su último libro Inteligencia Artificial y Derecho (2019). Describió al transhumanismo, el posthumanismo, la burocracia de la innovación y la sintienza electrónica como las discusiones que vienen. Además, hizo referencia a la Ley de Economía del Conocimiento y a su rol dentro de la Comisión Asesora del presidente Alberto Fernández, para reformar el funcionamiento del Poder Judicial. “La madre naturaleza ha dejado de ser madre y de ser naturaleza”, asegura el experto frente un futuro que llegó hace rato.
¿Cuál es el presente y futuro del uso de la inteligencia artificial (IA) en Argentina?
Todo el mundo está inmerso en la cuarta revolución industrial que tiene ciertos aspectos que venían avanzando y la pandemia los aceleró brutalmente como la digitalidad y la innovación que está basada en la biotecnología, en el Big Data, en la IA. La digitalidad es el punto de quiebre de modificaciones que va a ir incorporando el homo sapiens sapiens que se abre a una cultura transhumanista y que no sabemos si en un futuro vamos a tener un homo totalmente distinto. La pandemia aceleró un proceso en el que estamos inmersos y empieza a impactar en cuestiones que antes parecían de ciencia ficción y hoy tenemos situaciones concretas como el caso de Estados Unidos de congelar cuerpos para ser revividos en el futuro. La madre naturaleza ha dejado de ser madre y de ser naturaleza. Los transhumanistas están en libertad morfológica, es decir, el derecho a modificar el cuerpo todas las veces que quieras. Hoy en día hay una gran tensión en la construcción de los derechos humanos, que está basada en el homo sapiens sapiens bajo una visión antropocéntrica y en donde tenés libertad de desarrollar tu plan de vida como quieras. Implica que con la biotecnología podés empezar a incorporar tecnología en tu cuerpo, y ahí es donde empiezan a haber resistencias dentro del mundo de los derechos humanos, porque se dice: IA sí, pero que no afecte los derechos humanos. Esos son los actuales desafíos y discusiones que se están dando. Hoy ya todos estamos en una etapa transhumanista bajo la idea filosófica del mejoramiento del homo sapiens sapiens a través de la incorporación de tecnología. En esta primera etapa tratando de extender el envase biológico a la mayor cantidad de tiempo, renovándolo, y una segunda etapa, con una suerte de transferencia de nuestra conciencia a otro formato u otro envase. Hoy no somos los mismos que 20 años atrás. Hoy el celular forma parte de nuestra existencia. ¿Cuánto falta para que ese celular sea incorporado a nuestro cuerpo?
¿Cómo la inteligencia artificial puede colaborar en la Justicia y cuál es tu valoración de Prometea?
Tenemos una inteligencia artificial “débil” que hoy ya puede colaborar con la Justicia haciendo el trabajo de digitalmente: recibir escritos, mandarlos a destino, haciendo despachos, haciendo predicciones en base a la jurisprudencia, etc. Eso es lo que hace la débil. Por otra parte, hay una inteligencia artificial “fuerte”, que puede ser un robot o un software que tenga la capacidad de tomar decisiones independientes y de aprender por sí misma. Prometea es un hito histórico: desde el Estado con fondos públicos se creó una IA en el ámbito de la Justicia, que si bien es débil, da cuenta que es posible que una IA funcione en ese sector. Además, la pandemia ha dejado la utilidad de la digitalidad en la justicia, y eso es irreversible. Para que podamos pasar de la burocracia digital a la burocracia de la innovación, hace falta IA, sino hemos transformado el papel en ceros y unos, pero quién sigue manejando esa transformación son los seres humanos. La forma de pasar de una burocracia a la otra para dar un mejor servicio de Justicia, es justamente a través de la IA.
Recientemente sacaste el libro “Inteligencia Artificial y Derecho” ¿Cuáles son los principales temas que abordas?
Inicio el libro con el transhumanismo y el posthumanismo como reemplazo del homo sapiens sapiens por otro homo. Hoy, por ejemplo, el problema de viajar al espacio es nuestra biología que no lo resiste. No porque no tengamos los medios, porque hay sondas que llegan más allá del sistema solar. El posthumanismo indica cómo nosotros vamos a dejar nuestra cultura biológica para transferir nuestra conciencia a una interfaz con las máquinas. Analizo como esto ha impactado en los derechos y si el constitucionalismo puede dar algún tipo de respuesta. El segundo capítulo tiene que ver con la evolución de las comunicaciones escritas a las comunicaciones digitales. La comunicación digital es una nueva forma de lenguaje, distinta a la escrita y con estándares distintos, y el libro se enfoca en cómo proteger esa comunicación y cuál es el rol del Estado. Por otra parte, se toca el tema de internet como un derecho humano. También como derecho puente, porque permite el ejercicio de muchísimos derechos. No es lo mismo el derecho a la educación con acceso a internet que sin acceso. O lo mismo con el derecho a la salud. Hoy el derecho de acceso a internet y de neutralidad digital es un derecho humano. Se puede interpretar a partir de derechos que están en los tratados internacionales, como el derecho al desarrollo científico-tecnológico. Otro capítulo hace referencia a los animales no humanos como sujetos de derecho. Cito el caso de la orangutana Sandra que me tocó tratar, en donde se determinó que un ser es titular de derechos y sujeto de derecho no por su capacidad de autonomía cognitiva sino por su capacidad de ser sintiente. A partir de ese caso trazo un puente con las discusiones que se están dando, sobre si esa sintienza animal se puede proyectar en la sintienza electrónica. Si los robots humanoides son merecedores de derechos. El caso de la orangutana descentra el antropocentrismo como el único elemento relevante respecto a otorgar derecho. Si hemos reconocido a los animales la sintienza, vamos a entrar en breve a discutir la sintienza electrónica como elemento para reconocer derechos.
También abordas la diferencia entre la mujer madre y mujer gestante…
Si. Hasta el advenimiento de la biotecnología y la genética, la mujer podía ser solamente una mujer madre en términos de reproducción, en cambio hoy hay una mujer madre que puede aportar el óvulo y que lo vive a través de una mujer gestante que no quiere ser madre. A su vez, algo paradojal, es que aquellas personas que acceden a técnicas de reproducción humana asistida porque no pueden concebir de forma natural, tienen más posibilidades de desarrollo de embriones sin patologías, que aquellas personas que utilizan la relación sexual para la concepción biológica. El impacto tecnológico que vino a cubrir a aquél que no podía tener hijos, hoy favorece más el desarrollo de un embrión sin patologías que aquellos que siguen concibiendo biológicamente. El libro también refleja cómo viviría hoy Lacan el desarrollo científico tecnológico. Como se constituiría ese gran Otro a partir del desarrollo, especialmente en el campo de la sexualidad, que es donde tanto ha trabajado el psicoanálisis. Hoy ya tenemos formas entroncadas de sexualidad del homo sapiens con formas electrónicas. Explico cómo se ve una reconfiguración del orden simbólico en la sexualidad y cómo se construye el discurso jurídico para dar respuesta a estas realidades. También se aborda qué fuente le va a dar en el futuro mejores respuestas. Si el desarrollo científico tecnológico no va a poner en crisis el concepto de constitución y el tratado de derechos humanos. Por último, como buen fanático de Batman y de la tecnología de Christopher Nolan, hay entremezclado entre justicia, penumbra y tecnología. El mundo de Nolan es un mundo distinto. La tecnología hace eso, mueve el mundo que conocemos.
¿Qué opinión te merece la Ley que modifica el régimen de Promoción de Economía del Conocimiento?
Es una ley sumamente necesitaría. Está injustificadamente atrasada. Habla del poco apego que tiene nuestra clase dirigente por la innovación y el desarrollo científico-tecnológico. Es una ley que le va a hacer muy bien el país. Hay cuestiones coyunturales que tienen nombres propios, que no pueden frenar el desarrollo de la economía del conocimiento de un país. Espero que se sancione y se aplique rápido. Es un área estratégica clave de cualquier Estado.
¿Qué significa haber sido elegido por el presidente Alberto Fernández para integrar el Comité Asesor de la reforma judicial y qué opinión te merece la decisión de la Corte de tratar el caso de los tres jueces desplazados?
Es un honor que el presidente me haya convocado. Espero hacer un trabajo serio y que sirve para mejorar el funcionamiento del Poder Judicial, donde una de mis recomendaciones va a estar dada en la aplicación del desarrollo científico-tecnológico. Respecto a la Corte, lo que hizo fue descomprimir una situación, entender que había gravedad institucional en el alcance de los traslados de los jueces como sistema. Si le da la razón a los jueces, estaría dejando con las manos abiertas a cualquier presidente para cubrir los cargos libres en la Justicia. Los traslados hay que prohibirlos. Las vacantes se cubren con los mecanismos establecidos en la Constitución Nacional o con subrogancias conforme lo establece la Carta Magna. Cubrir un cargo de vacante con un traslado, sin que esa persona pase por un concurso, sin permitirle a cualquier persona concursar, es el mecanismo menos democrático que existe. Por eso es paradojal lo que pueda hacer la Corte Suprema.
Lic en Ciencias de la Comunicación (UBA). Posgrado en Comunicación Corporativa (UADE). Maestrando en Gestión de la Comunicación en las Organizaciones (Universidad Austral). Periodista agropecuaria. Comunicadora en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria.
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Valeria Guerrahttps://postperiodismo.com.ar/author/valeria-guerra/
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