La primera semana de agosto, el viento norte llevó a no pocas ciudades el humo por la quema de pastizales y/o incendios forestales. No se trataba de una película de ciencia ficción ni la historia La Niebla de Stephen King. En este caso, los monstruos no fueron bichos sobrenaturales, sino el fuego que suele arrasar con todo lo que está a su paso. La falta del cuidado del medio ambiente y la explotación de la naturaleza, sin tregua, son parte de un problema que avanza a paso redoblado mientras esperamos leyes orientadas a proteger el planeta, que por lo general quedan atrapadas en cajones y presiones sectoriales.
La explotación de la naturaleza, en supuesto beneficio del desarrollo de las sociedades modernas, siempre ha sido un problema secundario frente al ideal de “progreso” tanto en economías capitalistas, socialdemócratas o comunistas. El bloqueo de EEUU a la empresa tecnológica China Huawei sintetiza, bajo el ridículo argumento de una amenaza a la “seguridad nacional”, un trasfondo comercial que excede el campo de las telecomunicaciones, y se extiende con la bendición de la OMC (Organización Mundial de Comercio) a la megaminería, el uso de transgénicos innecesarios, la deforestación, la cría de pollos anabolizados o la proliferación de agrotóxicos, tanto los que se usan para fumigar campos, como el factor humano. Mejor dicho: los efectos residuales de la ex Mesa de Enlace que aprieta a los gobiernos para que no vuelvan las retenciones mientras frenan las liquidaciones de sus cosechas.
Ese afán especulativo al compás de la sequía de dólares poco tiene que ver con un esquema solidario y la búsqueda de mayor equilibrio en la distribución de la riqueza. Así las cosas, Luis Basterra debe recibir a la rebautizada Comisión de Enlace, que está muy preocupada por la toma de tierras de los pueblos originarios mapuches, el corte de silobolsas o el robo de ganado. Tal vez, este último caso sea para comer frente a la crisis que se multiplica en el interior profundo de las provincias.
Así, el gobierno de Alberto Fernández parece intentar evitar los conflictos y no insistir en el error de implementar acciones críticas como las retenciones instrumentadas por el actual senador saltimbanqui Martín Lousteau -hoy en la UCR-, quien con la Resolución 125, doce años atrás, construyó una carrera política, curiosamente, aliándose al mejor equipo de los últimos 50 años como Embajador en EEUU del gobierno de Mauricio Macri. Un presidente al que le debemos agradecer una deuda pública de 144.500 millones de dólares, según relevó el BCRA, con una fuga de capitales cercana al 80 por ciento.
¿Qué pasará después del Covid-19? No lo sabemos, pero tenemos algunas pistas.
La semana pasada, antes de que supiéramos de que el gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet, diera positivo para coronavirus, el presidente Alberto Fernández anunció, también acompañado por Axel Kiciloff (Buenos Aires), Gustavo Valdés (Corrientes), Jorge Capitanich (Chaco), Gildo Insfrán (Formosa), Oscar Herrera Ahuad (Misiones) y Omar Perotti (Santa Fe), la creación de un Consejo Federal, con sede en Rosario para instrumentar en no más de 40 días el desarrollo de la Hidrovía Paraguay – Paraná, y así descentralizar del puerto de Buenos Aires el transporte y logística de las industrias locales, con salida a Uruguay, Paraguay, Brasil y Bolivia.
Además de los ministros Mario Meoni (Transporte), Eduardo de Pedro (Interior) y Luis Basterra (Agricultura), en el anuncio estuvo Matías Kulfas (Producción); este último aprovechó la celebración del Día de la Industria -el pasado 2 de septiembre- para hacer buenas migas con la Unión Industrial Argentina (UIA) y adelantar los instrumentos tras un nuevo decreto presidencial con créditos para PyMES, Aportes No Reembolsables y financiamiento de la Industria 4.0 (orientada a la digitalización y automatización de procesos), entre otras medidas para adelantarse a la post-pandemia.
No se trata de una apuesta menor porque las mayores tasas de ganancias están relacionadas con la innovación y el uso de tecnología de punta. El lanzamiento del satélite SAOCOM desarrollado por el INVAP S. E. ha demostrado una vez más que los científicos argentinos están a la vanguardia de las investigaciones relacionadas con la energía nuclear y la ingeniería espacial, que en este caso puso en órbita un artefacto que permite potenciar la agricultura al aportar información precisa sobre la humedad de los suelos, el riesgo de inundaciones y estimar rendimientos para la siembra, entre otras predicciones, como las toxinas que pueden dañar cultivos.
Todas estas acciones confluyen al diseño de políticas a largo plazo, lo cual muestra una estrategia llena de buenas intenciones, entre las que ya se está pensando en volver sobre el Arsat 3 para optimizar las comunicaciones. El mundo se conecta en 5G (o quinta generación) y, según estiman los científicos, la velocidad de Internet ya está llegando a su límite teórico. Nunca se sabe. Probablemente, el futuro nos sorprenda con la comunicación cuántica y torne infinito el preciado espacio radioeléctrico. Veremos, veremos…
Volviendo a poner los pies sobre la tierra y a la niebla de agosto, según la Fundación Vida Silvestre, ya son 200 mil hectáreas afectadas por los incendios forestales ocasionados por preparación de áreas de pastoreo o negligencia humana. Todo esto afecta al ecosistema, destruye especies vegetales y animales, cambia el clima o produce inundaciones impensadas en zonas productivas.
Desde 2007, existe una Ley de Bosques (26.331) que entre otras cosas te dice que si cortas un árbol tenés que plantar otro, porque la vida sigue para nuestros hijos; pero, sobre todo, fomenta la conservación de bosques añosos y hacer sustentable esas zonas, si existe esa posibilidad.
Ese es el rumbo en el que no pensó Marx al disponer de la naturaleza para beneficio del desarrollo humano y que copió el capitalismo salvaje borrando el detalle de la plusvalía y la sociedad de clases. Todo esto no lo va a resolver Fernández ni Gonzalez ni Peréz. No obstante, se puede vislumbrar una política clara y un horizonte en la búsqueda de soluciones globales para problemas complejos. Esos de los que no entienden terraplanistas ni anti cuarentenas. Tampoco quienes no dan quórum en el Congreso.
Como contamos, a comienzos de agosto la Cámara de Diputados empezó a estudiar en Comisión varios proyectos para proteger los humedales, enfocados en garantizar la biodiversidad sin afectar el desarrollo productivo, a sabiendas que sin ley no existe responsabilidad empresaria, como ocurre con los agrotóxicos de la Comisión de Enlace.
Incluso, el humo en Rosario llamó también la atención del actor y humorista Pablo Granados, quien editó un video en su canal de Instagram, en donde cuenta 60 incendios forestales, en su segmento 60 planos en 60 segundos, con casi 322 mil visualizaciones al cierre de esta edición (en sólo 6 días de publicado).
“Nunca edité un contenido tan triste. No importa donde vivas o si tenés humo en tu zona. Compartí este video y ayudemos juntos a salvar la biosfera de nuestro delta del Paraná. Los humedales son una parte esencial para nivelar la temperatura de nuestro medio ambiente por eso necesitamos la Ley de humedales como punto de partida para ganarle esta guerra a los intereses económicos”, comentó Granados en la publicación.
Granados no es Dulce ni está casado con Alejandro, el intendente de Ezeiza. Sólo es un artista famoso y creativo, nacido en esa maravillosa usina cultural rosarina, que tiene una sensibilidad distinta y preocupada por su entorno.
Cerramos con un poema de Stephen King. En este caso dejamos La niebla (2007) y pasamos a It (2017):
Tu cabello es fuego de invierno,
Brasas de enero,
Mi corazón arde por vos.
Y si cambiamos el “vos” por: Mi corazón arde por una Ley de Humedales ya, ¡mucho mejor!
Cayó de la universidad pública al mejor oficio del mundo. Periodista y Licenciado en Comunicación Social. También es Magister en periodismo y docente de grado y posgrado en la Facultad de Ciencias Sociales (UBA). Juntó horas nalga en Tres Puntos, Argenpress.info, Radio UBA y la Agencia Télam. Cuando lo dejan publica maldades en Página/12 o en algún medio digital cojonudo como PostPeriodismo.
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Federico Corbierehttps://postperiodismo.com.ar/author/federico-corbiere/
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