Con esta entrega Dardo Fernández cierra la segunda temporada de «Textos para Alberta», cuyo título se inspiro en el afectouso apodo que un grupo feminista le puso al Presidente. El especialista de comunicación concluye que si Alberta abandona sus pequeños arranques de palabras “guerreristas” y, definitivamente, incrementa su discurso “docente” y “empático”, habrá sido el mejor gestionador de la crisis sanitaria de todo el continente.
La primera saga completa la podes encontrar en Textos para Alberta (Temporada 1)
El capítulo anterior, Alberta 19, en este enlace
Tomas Pueyo[1], podría concluir -quien lo sabe- que el “martillazo” en la Argentina se fue debilitando con el paso del tiempo, y la “danza” acá en América Latina fue un verdadero festival incremental. Pero Pueyo no hará nada de eso[2], si tomamos en cuenta sus últimas declaraciones, incluso referidas a la Argentina. En Sillicon Valley, la Humildad no se estudia.
Queda algo más de un mes para la primavera austral, pero suben los contagios, las víctimas fatales, se ocupan al tope las camas de las UTI Adultos en la megalópolis. Y de tantos interrogantes mediáticos sobre cuándo llegará “el pico”, por estos días ya nadie se lo pregunta. Le queda una “ventanita” a Alberta: que el calor ayude a disminuir la velocidad del contagio del virus y así pueda descomprimir la situación sanitaria.
Concluye aquí la segunda temporada de nuestra Albertas. Es hora de despedirnos. Escribir sobre el desarrollo de la crisis, durante la misma, me resultó apasionante. Agradezco todos los aportes y mensajes que me hicieron llegar. Con la misma lógica desafiante, trataremos de concluir ahora lo que aún no ha terminado: la pandemia sigue escalando y se extiende por el territorio nacional. Pero algunas cosas si se saben:
¿Qué es lo peor que puede pasar?
Los que pasó en varias localidades de países del hemisferio norte: sistemas de derivaciones ineficientes; pacientes que no pueden ingresar a los nosocomios y mueren en las puertas de hospitales o clínicas; pacientes que se alojan en los estacionamientos de las unidades sanitarias en autos con tubos de oxígeno; problemas con la acumulación de cadáveres que nadie puede retirar; problemas para traslado a cementerios; pocos crematorios y alejados; familiares con escenas de crisis que no son contenidos por profesionales; rumores y noticias falsas; sensacionalismo de la prensa. El morbo da rating ya lo sabemos.
¿Qué es lo mejor que pueda pasar?
Que CABA ceda en su “amesetamiento alto” de contagios; que el R baje de 1; y que semanas después de pasado “lo peor” en el GBA el virus se termine extinguiendo en las provincias de la zona centro y litoral del país donde el foco mediático porteño ya no presta tanta atención. Todo esto, insisto cuando en el AMBA en vez de estar en Fase 3, en las calles se vive una Fase 4. Cuando el Gobierno nacional declare la Fase 5, los planetas se habrán alineados.
No habrá Pospandemia. Habrá pos cuarentena. La ansiedad periodística más que los funcionarios nacionales, ya han instalado en el torrente informativo diario de que tendremos “pospandemia”. Si vemos la experiencia en los países del Norte, no hay duda de que tendremos “pandemia de verano”. Es tiempo de preparar fuertes campañas publicitarias que hagan foco en los más jóvenes, grupo etario que provocará los primeros rebrotes. La única pospandemia posible será con tratamientos fiables o vacunas efectivas. Lo que quedará atrás es la cuarentena dura de Fase 1. Habrá pos cuarentena nunca pospandemia. Y ese tiempo será útil para prepararnos para la emergencia del próximo invierno.
El Presidente de la Nación tiene la posibilidad de ser Alberta. Si improvisa menos en sus discursos sobre la emergencia, si fortalece la comunicación sanitaria con piezas de mayor calidad; si abandona sus pequeños arranques de palabras “guerreristas” y definitivamente incrementa su discurso “docente” y “empático”, Alberto Fernández habrá sido el mejor gestionador de la crisis sanitaria de todo el continente. Pero de la “crisis” no saldrá tan fácil. La vacuna o un tratamiento efectivo es la meta, como lo es el ordenamiento del endeudamiento externo e interno, la parte más dura de la crisis económica y social.
Alberta es empática, consensual -algo triste- y dialoguista siempre. Todo el tiempo. ¿Podrá el Presidente con ella?
Que es como si Juan Gelman exclamara “¿Y si Dios fuera una mujer?”. Pues Mario Benedetti[3] respondería:
“qué lindo escándalo sería
qué venturosa espléndida imposible
prodigiosa blasfemia”.
[1] Tomas Pueyo autor del artículo El martillazo y la danza que influyo notablemente en los gobiernos de casi todo el mundo a la hora de tomar medidas de mitigación contra la pandemia. La nota se puede leer aquí https://bit.ly/31oP4Sn
[2] El 13 de junio de 2020 el portal Infobae publicó una supuesta entrevista a Pueyo donde hace un balance de sus postulados y habla de la Argentina. Se puede leer aquí https://bit.ly/33rdf5e
[3] “El amor, las mujeres y la vida. Poemas de amor”. Y si dios fuera mujer. Mario Benedetti. Seix Barral. 1995
Fue el fundador del site Diario sobre Diarios (DsD) que lo dirigió durante 13 años. Once años en la Facultad de Periodismo y Comunicación de la UNLP no le bastaron para dar clases de “crisis” en Comunicación. Y ahora insiste con estas líneas. Si jugara su “Boquita” se sentiría mejor. Es zarateño pero vive en Banfield, o sea que esta hasta las manos con la cuarentena. Amante de los buenos vinos; la lectura y las empanadas tucumanas.
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Dardo Fernándezhttps://postperiodismo.com.ar/author/dardo-fernadez/
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