La red de colectivas feministas que conforman el Socorro Rosa se dedica a brindar información y acompañar a las mujeres que deciden abortar a lo largo y a lo ancho del territorio nacional, siguiendo los protocolos de la OMS. Desde 2014 la fecha, ya han acompañado a casi 40000 mujeres en el proceso. El aborto seguro, la construcción de saberes, la articulación con el sistema de salud y la despenalización social, son su columna vertebral.
Desde el año 2012 y ante el abandono del Estado, existe Socorristas en Red -feministas que abortamos- (SenR) una articulación de colectivas de Argentina que se dedica a brindar información sobre usos seguros de medicación para abortar -siguiendo los protocolos de la Organización Mundial de la Salud (OMS)- y acompañar a mujeres que han decidido interrumpir embarazos inviables para ese momento de sus vidas. El objetivo: que lo hagan de manera segura y cuidada. Reúne alrededor de 450 activistas en 60 colectivas en todo el territorio nacional.
En estos tiempos signados por la presencia insoslayable de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito -de la cual son parte activa-, SenR tienen un rol fundamental, no solamente por el acompañamiento que hacen a las mujeres, sino por sus declaraciones políticas a partir de la información sistematizada que reúnen en su sitio socorristasenred.org: entre 2014 y 2019 les socorristas se encontraron con 38.116 mujeres a quienes les brindaron información sobre usos seguros de medicación para abortar. De ese total, han acompañado en sus procesos de aborto con medicación al 83,8%; es decir, a 31.936 mujeres. Asimismo, también han derivado y acompañado a 1.508 mujeres a diversos espacios del sistema de salud.
El movimiento nació en la Patagonia. Específicamente en Neuquén La red de socorristas comienza por el impulso de la Colectiva Feminista “la Revuelta” en la ciudad de Neuquén, activas desde el 2001. A partir de las afectaciones particulares que el aborto de una joven mapuche en el año 2008 produce en las integrantes de la colectiva, es que se motiva la decisión de conformar lo que más adelante se llamaría “Socorro Rosa” inspirado en un servicio asistencial en las feministas italianas de los años ‘70.
Hacia fines del 2009 y comienzos del 2010, es cuando se produce un giro en los acompañamientos con la toma de registro, priorizar brindar la información y que las mujeres y las personas con capacidad de abortar puedan hacerlo en sus casas y mediante el uso seguro de medicación y, por último, el poder estar acompañadas y ser sostenidas durante todo ese proceso por feministas. En el 2012 surge “Socorristas en red” como un espacio de articulación: varias colectivas que ya venían acompañando emprenden la tarea de articularse en una red definiendo una estrategia de acción política basada en acompañar y brindar información sobre uso seguro de misoprostol y bajo ciertas formas organizativas.
Al día de hoy, afirmó Nerina Morales de la Revuelta CABA y GBA, “seguimos dándonos estrategias para que el acceso al aborto se garantice como debería ser, sin maltratos, sin juzgamientos, sin dilaciones, porque te seguís encontrando con estas violencias dentro del sistema de salud”.
Andrea González es socorrista de la comarca andina, en la cordillera patagónica ubicada en el límite entre las provincias de Chubut y Rio Negro. Describió los 4 momentos del dispositivo político y pedagógico con el que toda la red organiza el acompañamiento: “el primero es el llamado a alguna línea pública que tenemos en todas las provincias. La telefonista es la que se comunica por primera vez con esa persona que se contacta con el socorro en busca de información y acompañamiento para interrumpir un embarazo. Luego de esa primera llamada donde se calma a la persona, le explicamos nuestro activismo y le garantizamos el acompañamiento”.
En un segundo momento se le brinda un taller, de forma colectiva. “Allí les damos información de en qué consiste un aborto seguro y acompañado utilizando los protocolos de la OMS y el protocolo de Interrupción Legal del Embarazo (ILE) nacional. Hacer un aborto en este momento con medicación es una práctica segura siempre y cuando se sigan las indicaciones”, aseveró. “Les sugerimos según su territorio cuáles serían los lugares accesibles para un control pre y post”.
El tercer momento es el acompañamiento telefónico del aborto en sí, en algunos casos hay acompañamiento presencial si así la mujer lo requiere. “Tenemos una guardia las 24 horas”, indicó Andrea.
Por último, en el cuarto momento es cuando se encuentran con la mujer y se da el cierre del proceso. “Todo el acompañamiento está sistematizado para seguir reclamando la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo y también para cuestiones que tienen que ver con desandar muchas malas interpretaciones y mitos acerca de quiénes son las mujeres que abortan y qué sucede en los procesos de aborto. La producción de esta información es uno de los ejes políticos del socorrismo”, subrayó. En lo que va del año, en la comarca andina atendieron a 88 mujeres, y en el AMBA alrededor de 1000.
Cada año SenR realizan una plenaria socorrista en la que además de organizar y compartir algunos procesos de formación de las activistas definen la política del año. “Este año no se pudo realizar por la cuarentena”, afirmó, pero la red sigue activa, tuvieron que redefinir rápidamente las estrategias para poder seguir atendiendo a las mujeres que quieren abortar durante la cuarentena. Ninguna línea telefónica socorrista se ha apagado durante esta pandemia.
Otro punto a tener en cuenta de acuerdo con con los ejes políticos del activismo socorrista, son los esfuerzos de articulación con la salud pública y privada. “En 2015 se conformó la Red de profesionales por el Derecho a Decidir, y esa articulación tejida con la red de salud pública y privada, nos permite decirles a las mujeres donde ir a solicitar la ILE, teniendo en cuenta que en tiempos de pandemia también la OMS, como otras organizaciones internacionales, han declarado como proclives a que la ILE y la provisión de métodos anticonceptivos son servicios esenciales”.
En cuanto a los abortos quirúrgicos, están siendo utilizado en muchísima menor medida que antes. Existen dos tipos: el legrado y el AMEU (aspiración manual endouterina). “Este último es la práctica aconsejada, el legrado está desaconsejado por la OMS. El AMEU es muy seguro, pero el uso de medicación para abortar tiene esta gran ventaja porque es mucho menos invasivo y porque no supone una internación. El aborto medicamentoso evita que la mujer se exponga a contagiarse del COVID-19 en algún centro de salud u hospital. La práctica es ambulatoria y se puede hacer en su casa”, relató Andrea.
Por su parte, Nerina indicó que “el sistema de salud debe garantizar el acceso al aborto porque es un derecho, el derecho a decidir sobre tu propia vida”. Con la pandemia las socorristas se encuentran con una realidad bastante diversa de acuerdo al territorio. En líneas generales hay respuestas rápidas de parte del sistema de salud pero también hay varias situaciones de demora y es allí donde, a través del diálogo con el propio sistema de salud y con la red de profesionales, que las Socorristas también intervienen. Respecto a la provincia de Buenos Aires, cuyo sistema de salud se divide en regiones sanitarias, la demanda estalló y esto no pudo preverse no logrando abastecerse de la cantidad necesaria de tratamientos. “En un contexto de no pandemia, no habría tantas dificultades respecto al abastecimiento”, afirmó. El laboratorio de producción nacional es el Laboratorio Industrial Farmacéutico (LIF) que está en Santa Fe. Actualmente CABA y GBA es donde más concentran los acompañamientos”.
Nerina nos cuenta que en estos dos años el aumento de llamados a la línea pública de CABA- GBA, en particular, se fue dando exponencialmente, en parte por la difusión en redes y por el boca en boca del activismo feminista: “es importante que las mujeres y las personas con capacidad de abortar podamos decidir cómo queremos llevar adelante nuestras vidas”. Si bien siguen existiendo el miedo y la vergüenza como dos sentimientos asociados al aborto, en estos años se ha logrado la despenalización social del aborto
El imaginario de la mujer que aborta
Nerina consideró que sobre las mujeres y las personas con capacidad de abortar recaen las responsabilidades asociadas a un embarazo y a la maternidad en sí: “Sos responsable por estar embarazada, si tenés muchxs hijxs o si decidis abortar porque ese embarazo es inviable en ese momento de la vida de esa persona”. Y agregó: “también es hacerse cargo, son decisiones que se toman con el cuerpo y que no siempre son fáciles”.
Ese imaginario en los últimos dos años está totalmente reconfigurado, se vio con el gran movimiento de la marea verde. “Está instalado, y como todo movimiento que garantiza derechos y viene a actualizar luchas, también provoca resistencia y resistencias organizadas como lo vimos con el movimiento antiderechos, pero tenemos un gran proceso de despenalización social respecto de esta situación. Por primera vez en muchos años el aborto es un tema del cual se habla en muchos lugares como en las familias, en las escuelas, en los hospitales”, comentó Andrea. A su vez, consideró que “la maternidad no es un destino, es una decisión. Esa es nuestra gran lucha”.
Algunas cifras y datos valen más que mil palabras:
Como dicen en sus declaraciones políticas, “el socorrismo es un hecho (…). Vamos tejiendo redes para el feminismo que necesitamos, para el mundo feminista que deseamos y nos merecemos”. La marea verde traspasa los límites territoriales, las edades, las situaciones económico-sociales, las creencias religiosas y el nivel de estudio de las mujeres que deciden abortar. Y ahí están las Socorristas en Red, luchando desde 2012 por el derecho a la salud. Ayudando a través de un dispositivo nacional a todas aquellas que sienten el abandono del Estado frente a las decisiones sobre sus cuerpos y sus vidas.
Lic en Ciencias de la Comunicación (UBA). Posgrado en Comunicación Corporativa (UADE). Maestrando en Gestión de la Comunicación en las Organizaciones (Universidad Austral). Periodista agropecuaria. Comunicadora en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria.
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Valeria Guerrahttps://postperiodismo.com.ar/author/valeria-guerra/
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