La cuarentena no impidió que las mujeres rurales se unan a pesar del distanciamiento social, conformando una red de contención en la lucha diaria contra la desigualdad de género en el sector agropecuario, predominado históricamente por el machismo y donde las mujeres no tenían voz ni voto. Mujeres Rurales Argentinas está constituida por más de 140 mujeres, desde artesanas y microemprendedoras, hasta docentes, productoras y periodistas. La transversalidad, la horizontalidad y el empoderamiento las une.
A ellas el colectivo feminista de las grandes ciudades les queda chico. Van más allá. No solamente las une la lucha por la igualdad de género que avanza a pasos agigantados en las urbes, sino también las demandas de las mujeres del campo y el acceso a los lugares de toma de decisiones, tanto en niveles gubernamentales, como privados y gremiales, desligándose de partidismos políticos o colores de pañuelos. Aquí la bandera es el rol de la mujer en el campo, el valor de su voz y su empoderamiento.
Mujeres Rurales Argentinas nació en este agitado 2020 como necesidad de generar un espacio de representación y acompañamiento en todo el territorio argentino. “La diversidad del grupo refleja las profundas desigualdades que sufren las mujeres en el país, donde el sector productivo no está ajeno. Creen que la participación es la herramienta fundamental por la lucha de nuestros derechos. Las mujeres le ponemos el cuerpo a la ruralidad buscando salida a un sistema que nos excluye y limita las oportunidades por nuestra condición de género”, expresan en su documento fundador.
Es sabido que en los últimos tiempos muchas entidades del agro, tanto públicas como privadas, han incorporado espacios de encuentro para las mujeres o unidades, instrumentos y plataformas de perspectiva de género, pero aún queda un largo camino por recorrer. “Históricas demandas como el acceso al crédito, conectividad, derecho a la tierra, acceso al agua potable, educación, derechos laborales, etc.” siguen siendo su lucha.
Mujeres Rurales Argentina cree en el equipo de trabajo y el protagonismo colectivo. Estefanía Cutro, asistente de Vinculación Tecnológica y Relaciones Institucionales de INTA Corrientes, comenta que su hija y su sobrina estudiaron en Buenos Aires, razón por la que hace unos años se encontró el pañuelo verde en el departamento. “Que idealistas pensé, pero fui aprendiendo muchísimo de ellas, desde otra mirada”. Cutro relata una actividad que realizaron en el Día de la Mujer en conjunto con el gremio APINTA, “pero no desde el lugar de víctima, sino que nos plantee como iguales y a la que asistieron también los hombres”. En dicha oportunidad invitaron a la Jefa de la Agencia Las Toscas, Ana Deambrosi y a la primera mujer en ganar un concurso de una Estación Experimental del INTA en Las Breñas, Ana Slodozian. “Se puede llegar y hacer carrera”, afirmó.
Cutro también participa de la Plataforma de Género, Infancias y Adolescencias en el Sistema Agropecuario del INTA, y coordina un proyecto Cocineros de Iberá, donde trabaja con productoras. “Mi trabajo en INTA es más de empresas y vinculación, y me cambió bastante la mirada trabajar con ellas”. En ese sentido, afirmó que admira profundamente de la red, porque están todas las voces, desde huerteras de agroecología hasta productoras de Aapresid. “Nadie adhiere a ninguna postura política como movimiento en sí, y eso me parece de una sabiduría impresionante”, indicó. Destacó que es mucha la demanda de capacitación por parte de las mujeres del campo y lo fundamental que fue la implementación de la Ley Micaela en el Estado. “Lo importante que es nos tengan en cuenta”, puntualizó.
Un caso distinto es el de Andrea Langoff, veterinaria de la provincia La Pampa, dedica a los caballos. Actualmente está estudiando un posgrado de Agronegocios en la Universidad de Buenos Aires. “Cuando empezamos con la red éramos muy poquitas y luego explotó. Claramente había una demanda, y lo más valioso es la diversidad que conforma la red”. Langoff plantea la imperiosa necesidad de ayudar a todas las mujeres del campo. “Hace muy poco tiempo que hay avances a nivel de incorporación de la mujer en las organizaciones, cada día nos tenemos que ir ganando nuestro espacio y no tener miedo a participar, a involucrarnos, porque nuestras ideas también valen, y tenemos que ser escuchadas”.
Desde Mujeres Rurales Argentinas coinciden en que las principales demandas son la conectividad, el acceso a la salud, al agua, los derechos laborales, la agricultura familiar y el acceso al crédito: “Es muy difícil para una mujer que está aislada y no sabe qué puede hacer para hacer crecer su producción y tener su dinero, y de esa manera tener libertad”. De acuerdo con Langoff, “la idea no es separarnos de las grandes ciudades, estamos todas luchando por los derechos de las mujeres. Hay una generación nueva que se está dando cuenta que somos importantes, nuestra palabra es importante”.
Yendo a otra punta del país, Evangelina Zalazar, estudiante de agronomía de Catamarca, cuenta a PostPeriodismo que tiene un emprendimiento de floricultura y forma parte de la Asociación Feria Verde Catamarca. “En mi caso venía de asuntos personales donde no quería seguir así, porque sentís muchas veces que participas en espacios pero no es una representación, no tenés ni voz ni voto, y te desilusionás. Me invitaron a la red y no dudé en ser parte”.
En 2014, Zalazar comenzó con el trabajo y tenía una mirada académica por la carrera. A través de un programa empezó a trabajar en el sector de las plantas ornamentales, la floricultura y entró en contacto estrecho con las mujeres del campo. “Aprendí a relacionarme con diferentes familias, historias, saberes”. A la red la define como “un espacio de contención de mujeres en el sector agropecuario donde estamos olvidadas. Acá no une la transversalidad del sector, y poder contar las diferentes experiencias es hermoso”. En su caso busca impulsar a las mujeres a ser parte, que se sientan identificadas. «Cuando surgió esta propuesta fue trascendental, a muchas mujeres nos une el sector agropecuario y el trabajo».
Por otra parte hizo referencia a la violencia de género, que existe en el agro pero está más invisibilizada. “Las mujeres del campo están más calladas”, aseguró. En esa línea indicó que “los valores son profundos en el interior, pero muchas veces las mujeres tienen baja autoestima, son más sumisas y siguen los lineamientos sociales culturales, y en este sector tiene tanta relevancia el machismo En el campo te subestiman por el simple hecho de ser mujer”, subrayó.
Aún hay un largo camino que recorrer. Un desafío enorme para avanzar en uno de los sectores productivos predominado por estructuras machistas conservadoras. Participar, empoderarse y sentirse contenidas, son los lemas de Mujeres Rurales Argentinas, un colectivo con una fuerza demoledora que aspira a cambiar el arcaico patriarcado del campo argentino.
Mujeres Rurales Argentinas
Lic en Ciencias de la Comunicación (UBA). Posgrado en Comunicación Corporativa (UADE). Maestrando en Gestión de la Comunicación en las Organizaciones (Universidad Austral). Periodista agropecuaria. Comunicadora en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria.
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Valeria Guerrahttps://postperiodismo.com.ar/author/valeria-guerra/
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